El yoga es un camino de transformación y liberación. Nos enseña a parar en nuestras ajetreadas vidas, hacer espacio y cultivar nuestra experiencia interna más allá de la actividad incesante de nuestra mente.

Vivimos gran parte de nuestras vidas identificados con nuestros pensamientos, con nuestros roles, con nuestras identidades y con nuestro pasado y esto determina la manera en la cual nos relacionamos con nosotros y con los demás.

Al estar identificados con muchas cosas que son cambiantes, sufrimos. Queremos permanecer en lo que nos produce placer y queremos evitar lo que nos produce dolor. Y así vivimos, en una constante lucha del apego y el rechazo.

Hay una manera distinta de ser y de estar en el mundo. Conectado con tu verdadero ser, con tu intuición y percibiendo claramente lo que sucede dentro y fuera de ti.

El yoga nos entrega herramientas y técnicas para cultivar esa experiencia interna más allá de las identificaciones, para cultivar el espacio de neutralidad. En esa experiencia interna podemos comprender qué somos de verdad.

A través de técnicas de Kundalini yoga (movimiento, posturas, respiración, mantra, mudra y meditación) podemos cultivar esa experiencia de nosotros a través de trabajar nuestra energía. Esa energía que una vez integrada y sostenida se convierte en espacio y silencio. Y es en ese espacio y silencio donde comprendemos que la claridad, la vitalidad y la calma que buscamos, está dentro de nosotros.